lunes, 13 de enero de 2014

Catedral de Santiago de Compostela (nave central)

NAVE CENTRAL DESDE LA PARTE POSTERIOR DEL TRIFORIO

La catedral de Santiago de Compostela, cuya nave central se presenta en la imagen, es uno de los edificios más representativos del arte románico español. Fue construida durante los siglos XI y XII en el lugar en que, según la tradición, se encontró el sepulcro del apóstol Santiago. La actual iglesia sustituye a una anterior prerrománica ubicada en el mismo lugar y que, debido al auge del Camino de Santiago a partir del siglo X, se quedó pequeña para acoger a la multitud de peregrinos que acudían a visitar el sepulcro del apóstol.

La iglesia fue construida siguiendo las características del arte románico francés, la influencia más fuerte a lo largo del Camino de Santiago español, ya que las cuadrillas de canteros y escultores viajaban a lo largo de esta vía buscando trabajo y extendiendo el estilo.

Según era habitual en el románico, la iglesia está construida siguiendo la planta típica de una iglesia de peregrinación. Consta, por tanto de tres naves, la central más alta y ancha que las laterales, un transepto bien desarrollado y girola rodeando el altar y con acceso a la cripta donde se encontraban las reliquias de Santiago.

Observado la nave central, podemos comprobar cómo esta iglesia sigue las características propias del estilo. Los gruesos muros de sillería bien escuadrada apenas dejan penetrar la luz y se aprecia cómo la nave central no tiene iluminación directa. Como soporte se emplea el pilar compuesto de gran grosor, formado por un pilar con cuatro semicolumnas adosadas. Sobre estos pilares se sitúan los arcos de medio punto, que en este caso son peraltados y doblados, una característica propia del arte prerrománico asturiano, del que deriva el románico español.

Las bóvedas son de cañón en la nave central y, aunque no se aprecia en la imagen, de arista en las laterales. La bóveda de cañón se encuentra dividida en tramos por arcos fajones. El empuje de estas bóvedas obliga a contar con gruesos muros, pocos vanos y contrafuertes al exterior que justifican la escasa iluminación de la iglesia.

Al ser una iglesia de peregrinación, Santiago cuenta tribuna sobre las naves laterales; por tanto, consta de dos cuerpos. Esta es una característica típica del románico que se extinguirá en el gótico, ya que la tribuna impide la entrada directa de la luz a la nave central. La función de la tribuna en las iglesias de peregrinación era, habitualmente, alojar a los peregrinos aunque podía tener otros usos. Dicha tribuna está formada por dos arcos de medio punto cobijados bajo otro arco mayor, como suele ser habitual. Bajo los arcos de la tribuna podemos observar un detalle decorativo típico del arte románico español: el taqueado o ajedrezado jaqués.

Esta iglesia constituye uno de los mejores ejemplos del arte románico español por ser uno de los ejemplos más perfectos de iglesia de peregrinación y un fiel reflejo de las características del estilo. Además de ello, ofrece una interesante muestra de ejemplos de escultura románica en dos de sus portadas: la de las platerías y el acceso principal, donde encontramos el Pórtico de la Gloria. Igualmente, constituye una interesante fusión de influencia francesa con elementos propios de la tradición prerrománica española.

Hay que señalar que la Catedral de Santiago fue comenzada a construir en pleno apogeo del estilo románico, durante el siglo XI pero finalizada en el siglo XII, momento en que un nuevo estilo comenzaba a extenderse por Europa: el gótico. Los aires de renovación se dejan sentir en el Pórtico de la Gloria, ya mencionado, que se considera el ejemplo más brillante del Románico final para unos o del Protogótico para otros.

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