viernes, 5 de octubre de 2012

Altamira



La imagen muestra un fragmento de las pinturas rupestres de la cueva de Altamira, realizadas durante la etapa paleolítica hace unos 15.000 años. Estas pinturas corresponden a la Escuela franco-cantábrica, que se extiende por el norte de la Península Ibérica y sur de Francia.

Dichas pinturas se realizaban directamente sobre la roca del interior de las cuevas utilizando pigmentos naturales mezclados con grasa animal u otras sustancias. Los colores empleados, por tanto, son el ocre, rojo, negro o blanco, obtenidos de elementos como la sangre, arena, carbón o yeso. En muchas ocasiones, como la que podemos apreciar en la imagen, dichas representaciones se realizan aprovechando los salientes y entrantes del muro para ofrecer mayor realismo. En este caso, se puede apreciar cómo dicho relieve resalta las patas traseras del animal.

La escuela franco-cantábrica se caracteriza, como podemos ver en esta imagen, por utilizar temática preferentemente animal, sin formar escenas, normalmente de fauna relacionada con la caza, como mamuts, bisontes o ciervos. Por este motivo se ha planteado la hipótesis de que estas imágenes estuvieran relacionadas con rituales de caza y tuvieran una finalidad mágico-religiosa. Normalmente se encuentran en el interior de las cuevas, en zonas empleadas como santuarios probablemente.

Podemos apreciar el gran realismo de las figuras, y el detalle con que se han representado las patas, ojo o cornamenta. Igualmente se ve cómo estos animales se yuxtaponen sin formar escenas y, habitualmente sin que aparezca la figura humana, a diferencia de lo que sí sucederá en la escuela levantina en el período mesolítico.

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