Imagen: Didier B
La Sainte Chapelle es una de las obras maestras del estilo Gótico francés. Se construyó en el siglo XIII para albergar reliquias sagradas relacionadas con la pasión de Cristo (corona de espinas, fragmentos de la cruz y la lanza). Dicha capilla estaba comunicada con el palacio ya que tenía la función de capilla real.
Lo más llamativo de este edificio son sus impresionantes vidrieras decoradas con escenas bíblicas. Gracias a ellas, podemos advertir las principales características del estilo gótico. El arco sobre el que se basa todo el sistema constructivo es el arco apuntado, que al conducir el peso de manera más vertical que el de medio punto, permite elevar el edificio y descargar los muros. El entrecruzamiento de los arcos de medio punto da lugar a la bóveda de crucería que actúa como un esqueleto que distribuye los empujes hacia los pilares. De este modo, el muro pierde su función sustentante y se hace innecesario. Como consecuencia, se eliminan los gruesos muros propios del arte románico y se sustituyen por vidrieras coloreadas que dejan entrar la luz al interior de la iglesia.
El protagonismo de las vidrieras es una de las características más destacadas del arte Gótico. El cristal coloreado le da una calidad especial a la luz que ilumina el espacio interior. Dicha luz aporta cierto misticismo que se consideraba útil en la época para ayudar a los fieles a transportarse a un espacio cercano al cielo.
La enfatización de pilares y elementos verticales en el edificio, aporta una sensación de esbeltez al edificio de la que carecía el arte románico.
En este caso, al ser una capilla de una sola nave, no contamos con arbotantes al exterior, que son otro de los elementos típicos del arte gótico, pero sí se adorna con pináculos y molduras decorativas.
El siglo XIII corresponde a lo que se denomina Gótico clásico, es decir, la etapa central y plena del estilo. Todos los elementos estructurales propios del Gótico han aparecido ya y se han abandonado definitivamente las reminiscencias románicas (arcos de medio punto, gruesos contrafuertes) que aún aparecían en la etapa protogótica (siglo XII). En esta etapa de esplendor del arte gótico, cuya cuna se sitúa en Francia, y más concretamente en París, podemos encontrar otros ejemplos brillantes como Chartres, Reims y Amiens, tres catedrales que tendrán gran influencia en el gótico español.
La evolución del arte gótico a partir de este momento y hasta el siglo XV será la de potenciar lo ornamental y la verticalidad de los edificios hasta llegar al recargamiento decorativo del gótico flamenco, como el Ayuntamiento de Lovaina.